HERMANOS E HIJOS,
111. ...seguimos: ... De acuerdo con ello, esas zonas tendrían los
filamentos adecuados que servirían para el almacenamiento de
datos.
Nuestro cuerpo energético acumuló tanta información que no nos dábamos abasto para distribuirla y almacenarla. Comenzamos a pensar cómo podríamos hacer para no recargar las zonas; entonces decidimos formar dos centros que ayudasen en ese trabajo.
Primero dividimos el brillante en dos partes, y después en tres partes cada uno.
Cada parte o cada zona asimilaría un tipo de energía que nosotros clasificaríamos, para después distribuirla y canalizarla para lo que fuera necesario.
Al dividir el brillante en zonas, nosotros también nos dividimos en grupos.
Descubrimos las especialidades que nos caracterizarían en el universo; así, las zonas comenzarían a almacenar ordenadamente la energía-información.
Estas zonas absorberían el color que les perteneciera, y con ello podríamos saber con qué energía teníamos que tratar.
A este proceso le dimos el nombre de genética.
Trabajando de esta manera, conseguimos que la energía-imaginación del creador se ordenara, clasificara, distribuyera, almacenara, conociera, y sobre todo, que se entendiera.
Por todo este trabajo arduo, nos convertimos en ingenieros genéticos del universo.
Y a partir de aquí, todo fue creado por nosotros.
La imaginación del Principio Único: Nuestro cristal brillante estaba lleno de conocimiento y completamente formado. Cuando quisimos alejarnos, no pudimos, estábamos presos en él, éramos él y parte de él.
Éramos sus hijos, mas no teníamos libertad.
Cuando tentamos descubrir nuestro entorno y quisimos salir del cristal brillante, percibimos que no podíamos hacerlo. Comprendimos que no podríamos vivir sin la luz.
Nuestro hogar era el cristal brillante; jamás podríamos salir fuera de él para explorar, conocer y poder experimentar otras realidades.
No lo podíamos hacer, porque necesitábamos la energía que pasaba por nuestros terminales dándonos la vida.
La luz era nuestra existencia, y el Principio Único nuestro creador: una simbiosis eterna.
Nosotros somos los primeros hijos del creador.
El Principio Único: La mente-padre
La luz: La energía-madre
Nosotros: El hijo: Nosotros éramos los hijos queridos: los ángeles.
El creador nos había legado el conocimiento, y nosotros podíamos moldearlo a nuestro criterio.
Llegamos a la conclusión de que formaríamos la vida en el universo, y esto lo haríamos conforme lo imaginado por nuestro Principio Único, nuestro creador.
La gran responsabilidad de nuestro trabajo consistía en hacerlo correctamente, sin equivocaciones.
Debíamos plasmarlo igual que la imaginación creadora y darle la forma con la que el Principio Único lo había moldeado —una tarea nada fácil.
Después de la explosión, el creador había nacido; nosotros impedimos que se expandiera más.
Al formar el cristal brillante, nosotros encerramos la creatividad dentro de él para no perder absolutamente nada. De esa manera, controlaríamos la creatividad universal. Habíamos creado un tejido de energía, una burbuja, una pared de contención.
Así protegimos al Principio Único y, con ello, a nosotros mismos.
La creación del universo: Siempre nos hemos referido al Principio Único como el creador, el eje, el centro, el núcleo, y, eso es.
Nosotros lo llamamos núcleo, porque, de ahí partió todo. Primero estábamos dentro de él y después estuvimos fuera de él, mas siempre con él.
¿Quién o qué era el núcleo?
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111. we continue: Accordingly, those areas would have the appropriate filaments that would serve for data storage. Our energy body accumulated so much information that we couldn't cope with distributing and storing it. We began to think how we could do so as not to overload the zones; so we decided to form two centers to help in this work. First we divide the diamond into two parts, and then into three parts each. Each part or each zone would assimilate a type of energy that we would classify, to later distribute and channel it for whatever was necessary. By dividing the brilliant into zones, we also divide ourselves into groups. We discovered the specialties that would characterize us in the universe; thus, the zones would begin to store the energy-information in an orderly manner. These areas would absorb the color that belonged to them, and with this we could know what energy we had to deal with. We gave this process the name of genetics. Working in this way, we managed to get the energy-imagination of the creator to order, classify, distribute, store, know, and above all, to be understood. For all this hard work, we became the genetic engineers of the universe. And from here, everything was created by us. The imagination of the Unique Principle: (Unique Principle) Our brilliant crystal was full of knowledge and fully formed. When we wanted to get away, we couldn't, we were imprisoned in it, we were it and part of it. We were his children, but we had no freedom. When we tried to discover our surroundings and wanted to get out of the shining glass, we realized that we could not do it. We understood that we could not live without light. Our home was the shining glass; we could never get out of it to explore, learn about and be able to experience other realities. We couldn't do it, because we needed the energy that passed through our terminals giving us life. The light was our existence, and the Unique Principle our creator: an eternal symbiosis. We are the first children of the creator. (The ORIGINALS...) The Unique Principle: The father-mind The light: The mother-energy We: The son: We were the beloved sons: the angels. The creator had bequeathed us the knowledge, and we could mold it at our discretion. We came to the conclusion that we would form life in the universe, and we would do this as imagined by our Unique Principle, our creator. The great responsibility of our work was to do it correctly, without mistakes. We had to shape it like the creative imagination and give it the form in which the One Principle had molded it—no easy task. After the explosion, the creator was born; we prevented it from expanding further. By forming the brilliant crystal, we enclose creativity within it so that absolutely nothing is lost. In that way, we would control universal creativity. We had created a fabric of energy, a bubble, a retaining wall. Thus we protected the Unique Principle and, with it, ourselves. The creation of the universe: We have always referred to the One Principle as the creator, the axis, the center, the core, and that is it. We call it the nucleus because everything started from there. First we were inside him and then we were outside him, but always with him.
Who or what was the core?
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